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¿Qué es "El Juglar Errante"?


Esta es quizá la pregunta que te estás haciendo ahora. O quizá no, quizá caíste simplemente por casualidad en esta página, y te has quedado porque te gustan las novelas de fantasía épica, o porque todo lo que tenga que ver con espadas y castillos —vamos, lo medieval— te causa curiosidad; o tal vez has enganchado con algún dibujo de mi Instagram y quieres saber más.

Da igual el motivo. Tal y como ocurría por allá por el siglo XII o XIII en la vieja Europa, el público que de pronto se topaba con el juglar podía ser muy variado y se quedaban a oírle por muchas razones distintas.

El juglar errante es un blog hecho por un apasionado de las viejas historias que con el tiempo ha llegado a saber algo sobre el medioevo y que temerariamente se lanzó a escribir una saga en el tono de esa lejana época. Y como mis mucho más hábiles predecesores, espero poder hacerte pasar un buen rato, contando las historias que he tejido en mi imaginación. Los juglares de entonces cantaban historias de héroes o de romances que al mismo tiempo pretendían que pasaran por verídicos. Pues yo no pretendo tanto. Aunque lo gritara a voz en cuello, dudo que tú, querido lector, me llegues a creer que Damián de Siar existió, y combatió en el asedio de su ciudad, dando muerte al terrible Lobo de Ojos Ambarinos. Seguramente jamás me creerías, entre otras cosas, porque no lo encontrarás en ningún libro de historia, ni podrás indicar las fronteras del Imperio de Dáladon en Google Maps.

Eso es cierto. Pero lo es también que el Imperio existe, que Damián respira y que sus terribles enemigos amenazan con engullirlo todo. No me he vuelto loco: es rigurosamente cierto, entre las páginas de Crónicas de una Espada. Tanto como que Aragorn es el heredero de Isildur, o como que Bastian le dio su nombre a la Emperatriz de Fantasía. 

Del mismo modo, los incrédulos que oían a Turoldo narrar la historia de Roldán y los Pares de Francia muertos en Roncesvalles podrían haber replicado "¡Eh! Que Carlomagno nunca conquistó España! ¡Que la retaguardia no fue atacada por moros, sino por vascos o quizá gascones!" "¡Eh! Que alguien calle al aguafiestas!" respondería desde el público un hombre de pueblo, y quizá alguien le diese un buen manotazo en la nuca al "erudito" que interrumpió al juglar. Porque las historias, cuando son cantadas, tienen su propia realidad, en las que nos sumergimos.

Lo que pretendo en este blog es contar una historia jamás contada. Pero como si fuera una historia de siempre, como si nos viniera desde la profundidad de los siglos: es cierto que lo principal será lo que iré publicando, los proyectados libros de la saga de Crónicas de una Espada. Pero ¿por qué no ir ampliando ese mundo? ¿Por qué no ir conversando contigo, sobre personajes, sobre gestas, sobre las leyendas de ese mundo en formación? Es lo que Tolkien llamaba el legendarium de su obra: ahí está El Señor de los Anillos... y luego un montón de pequeños relatos, o largos a veces, que complementan, profundizan y explican el mundo que está sólidamente asentado en sus libros principales (además de su conocida trilogía, habría que agregar en el núcleo de su mundo al Hobbit y al Silmarillion).

De esto se trata el Juglar Errante. Compartiré aquí, contigo, mi proceso creativo, comentaré tópicos de mis libros —¡espero que pronto, y gracias también a este blog, ir ampliando el catálogo!—y también de vez en cuando hablaré del mundo medieval en el que se movieron juglares y trovadores.

Disfruta el viaje, atiende a la conversación. De momento, como aquellos antiguos artistas, solo pido una cosa a cambio de oír estas mis historias: que ayudes con el sustento de este pobre trovador. Ya sea difundiendo mi nombre y trabajo —quizá así llegue a ser conocido en alguna corte de esas que llaman editoriales—, ya sea dando una vuelta por Amazon y adquiriendo mi primera historia publicada, o si ya lo has hecho, dejando algún buen comentario.

¡Empiece ya la función!

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